domingo, 7 de abril de 2013

ANALISIS SITUACIONAL

El análisis situacional es el fundamento de la definición del pensamiento estratégico. A través de esto se produce un vinculo entre la empresa y su contexto, así mismo se vincula con la competencia.
 
El análisis situacional también se denomina análisis  FODA, por la iniciales de las palabras Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas, esto nos brinda un análisis detallado de:
TOMA DE DECISIONES ESTRATÉGICAS
Esto implica la generación de una serie de alternativas estratégicas, dadas las  fortalezas y debilidades internas de la compañía junto con sus oportunidades y amenazas externas. Generadas por un análisis FODA, debe fundamentarse en las fortalezas de una compañía con el fin de explotar oportunidades, contrarrestar  amenazas y corregir debilidades.
PROCESO DE TOMA DE DECISIONES
 
1. Identificación de alternativas estratégicas
 
En algunos casos pueden existir muchas opciones para cerrar una brecha de desempeño. Puede integrarse a nuevos mercados, para los productos clave se puede mejorar la calidad o reducir los costos a fin de que sea una opción mas viable, así mismo pueden hacerse nuevas inversiones o terminar las existentes.
 
2. Evaluación de opciones estratégicas
   
Richard P. Rumelt ha descrito cuatro criterios para evaluar las opciones estratégicas:
 
  •  La estrategia y sus partes componentes deben tener metas, políticas y Objetivos congruentes. 
  •  Debe centrar los recursos y esfuerzos en los aspectos críticos  descubiertos durante el proceso de formulación de estrategias.
  •  Debe ocuparse de sus problemas susceptibles de solución, teniendo en cuenta los recursos y capacidades de la organización.
  • Por último, la estrategia debe ser capaz de producir los resultados que se esperan (esto es, deberá ser promisoria de trabajo real). Al evaluar las opciones también es importante concentrarse en un producto o servicio particular y en aquellos competidores que son rivales directos al ofrecerlos.
 
 
Al elegir entre las posibilidades disponibles, los administradores deberán seleccionar las que mejor respondan a las capacidades de su organización. Los buenos planes estratégicos se basan en las fortalezas actuales de la organización.
Las nuevas capacidades pueden conseguirse sólo a través de invertir en recursos humanos, en equipo o en ambas cosas y, además, no pueden obtenerse rápidamente. Por tanto, rara vez conviene emprender un plan estratégico que  requiera recursos o capacidades que sean débiles o que no existan. Por lo contrario, deberían explotarse al máximo las fortalezas reconocidas de la empresa.
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 

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